¡Me cambio a la puerta corredera!

Cuando una puerta batiente interfiere en nuestro tránsito por el hogar, no dudes en cambiar a una puerta corredera ¡Éxito garantizado!

En la distribución de la casa para ir a la cocina hay que pasar por el salón a través de una puerta. El problema es que cada vez que abría un armario o el frigorífico (que son muchas veces a lo largo del día), tenía que cerrar la puerta de la cocina. Encima si tienes un niño pequeño como es mi caso, tenía que tener mucho cuidado para no pillarle los dedos. ¡Esa puerta estorba, necesito un cambio!

Dentro de mí siempre decía: ¿Y si fuese corredera? ¿Cuánto me costaría la obra? En caso de poder hacerlo ¿Pondría la misma o la cambiaría por una de cristal? Y por último pero igualmente importante ¿Y si encastro la puerta en la pared?

Tantas dudas merecían respuesta pues era una necesidad latente que en caso de poder realizar económicamente me quitaba un peso de encima 🙂 .

Decidí contactar algunas empresas y con un escayolista conocido ya que nuestras paredes son de pladur (placas de cartón para tabiques interiores y revestimientos de techos y paredes) y así comparar presupuestos. Me di cuenta de que tenía que hacer una comparativa importante para decidir cómo colocar la puerta:

1. Entre dejar la misma puerta de madera o cambiarla por una de cristal, la diferencia fundamental es el precio. Preferimos pagar un poco más y poner de cristal porque así dejas pasar la luz – que es fundamental- y cuando la cierras puedes ver a través de ella y no te sientes aislada. Y si añadimos un plus, es súper decorativo, ¡Huy!
2. Si la quieres empotrada (insertada dentro de la pared y por tanto invisible a nuestro paso), posiblemente te engruese un poco la pared, ya que hay que colocar dentro un armazón (premarco) donde encajará la puerta cuando tengas el paso abierto. Eso me echaba un poco para atrás, pero una vez realizada la obra no molesta visualmente, todo lo contrario. Además, cuando la insertas dentro, la pared está «limpia» y tienes el salón más despejado.

Dudas aclaradas nos vamos al lío 🙂 . Me decidí por el escayolista, que a su vez contrató al carpintero y el cristalero. En resumen el proceso es el siguiente:

1. Primero se abre el hueco y se corta la perfilería metálica que sostiene al pladur (consultar para paredes de ladrillo o cemento). No te preocupes por el sucio. Todo queda protegido con plásticos y son pocos los desechos. Luego se coloca el “premarco” dentro de la pared, cubriéndolo finalmente con una plancha de pladur.

• Mientras se realiza la obra tanto el carpintero como el cristalero pasan a tomar las medidas. Una vez la pared está lisa se pinta en el tono deseado. Luego viene el cristalero y monta la puerta.

• El marco de madera de la puerta se ha reservado para así tener el mismo diseño en todas las puertas. El carpintero añadirá otros trozos de la misma madera cuando finalice la obra una vez montada la puerta. Luego coloca el marco y ajusta la puerta.

 

¡Finalmente a disfrutar de espacio! Hemos ganado metros, luz y calidad de vida en la cocina 🙂 .

Nota importante:

• Antes de realizar la obra tienes que saber si por esa pared pasa alguna tubería de agua o electricidad, ya que te puede encarecer la obra.
• El grosor del cristal es importante. Nos decantamos por una de 10 milímetros. Es más resistente.
• Al elegir la puerta de cristal plantéate si poner algún diseño de vinilo. Hace la puerta más limpia, novedosa y te permite cambiar el diseño con los años y así tener siempre una puerta como nueva.

  

  Puerta corredera de cristal empotrada en la pared, pasa casi desapercibida y hace más funcional el paso a través de las estancias. Aporta luz y ganas metros. ¡Fantástico!

Detalle de las guias que sujetan la puerta corredera de cristal

Tirador de la puerta corredera. Muy sencillo y actual.

Si  también es tu caso y piensas cambiar de puerta batiente a puerta corredera. Si te ha gustado el artículo no dudes en escribir un comentario. Gracias 🙂 .